Menos sal es más salud
Camilo Andrade Nutricionista Las comidas muy elaboradas son cada vez más corrientes y accesibles. Las poblaciones del mundo entero consumen alimentos más ricos en energía que contienen muchas grasas saturadas, ácidos grasos trans, azúcar y sal. Esta última es la fuente principal de...
Camilo Andrade Nutricionista
Las comidas muy elaboradas son cada vez más corrientes y accesibles. Las poblaciones del mundo entero consumen alimentos más ricos en energía que contienen muchas grasas saturadas, ácidos grasos trans, azúcar y sal. Esta última es la fuente principal de sodio, cuyo creciente consumo se asocia a la hipertensión y a un mayor riesgo de cardiopatías, infartos, insuficiencia renal y accidentes cerebrovasculares.
Conociendo más
El sodio se encuentra en estado natural en diversos alimentos no procesados. Pero está presente en grandes cantidades en alimentos elaborados, como el pan, galletas, fiambres, embutidos, productos de copetín (papas fritas, palitos saldos, chizitos, etc.), productos enlatados, caldos y sopas concentradas, así como en ciertos condimentos o aderezos comerciales (salsa de soja o de pescado, mostaza, mayonesa, etc.) y aditivos alimentarios (glutamato de sodio).
Reducir gradualmente la cantidad de sal que se agrega a las comidas es posible, de manera que las papilas gustativas se vayan habituando a la disminución de la sal y uno acabe apreciando más los alimentos y la amplia gama de sabores presentes en ellos. Lo aconsejable es sustituir la sal por especias aromáticas (romero, orégano, perejil, albahaca, etc.), limón, pimienta, nuez moscada, ajo, clavo de olor, ají, canela y/o vainilla ya que darán gusto y potenciarán el sabor de los alimentos.
Controlar y reducir el consumo de sal desde la edad infantil es elemental
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Las comidas muy elaboradas son cada vez más corrientes y accesibles. Las poblaciones del mundo entero consumen alimentos más ricos en energía que contienen muchas grasas saturadas, ácidos grasos trans, azúcar y sal. Esta última es la fuente principal de sodio, cuyo creciente consumo se asocia a la hipertensión y a un mayor riesgo de cardiopatías, infartos, insuficiencia renal y accidentes cerebrovasculares.
Conociendo más
El sodio se encuentra en estado natural en diversos alimentos no procesados. Pero está presente en grandes cantidades en alimentos elaborados, como el pan, galletas, fiambres, embutidos, productos de copetín (papas fritas, palitos saldos, chizitos, etc.), productos enlatados, caldos y sopas concentradas, así como en ciertos condimentos o aderezos comerciales (salsa de soja o de pescado, mostaza, mayonesa, etc.) y aditivos alimentarios (glutamato de sodio).
Reducir gradualmente la cantidad de sal que se agrega a las comidas es posible, de manera que las papilas gustativas se vayan habituando a la disminución de la sal y uno acabe apreciando más los alimentos y la amplia gama de sabores presentes en ellos. Lo aconsejable es sustituir la sal por especias aromáticas (romero, orégano, perejil, albahaca, etc.), limón, pimienta, nuez moscada, ajo, clavo de olor, ají, canela y/o vainilla ya que darán gusto y potenciarán el sabor de los alimentos.
Controlar y reducir el consumo de sal desde la edad infantil es elemental
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