Mató a su esposa, le arrancó los ojos y se volvió a casar
Pablo Amín está preso desde 2007 cuando asesinó brutalmente a su esposa María Marta Arias. Por ese entonces tenían 24 y 23 años cuando viajaron desde Santiago del Estero (Argentina) , donde vivían, a un conocido hotel del parque 9 de Julio, en Tucumán. La noche del 28 de octubre, Amín...
Pablo Amín está preso desde 2007 cuando asesinó brutalmente a su esposa María Marta Arias. Por ese entonces tenían 24 y 23 años cuando viajaron desde Santiago del Estero (Argentina) , donde vivían, a un conocido hotel del parque 9 de Julio, en Tucumán. La noche del 28 de octubre, Amín mató a su mujer.
Por dicho femicidio “El Loco” está condenado a prisión perpetua. Sin embargo, el viernes 30 de diciembre pasado, se volvió a casar en el pabellón de máxima seguridad del penal de Villa Urquiza donde pasa sus días. Fue en ese lugar donde conoció a su mujer y donde el viernes pasado se realizó la boda civil, y el lunes por la noche, durante el recibimiento del Año Nuevo, se realizó la ceremonia religiosa.
El femicidio tiene tintes brutales. La víctima fue ahorcada mientras dormía y luego el asesino le arrancó los ojos y los dejó, uno al lado del otro, sobre la cama. Pero no fue esa la única mutilación del cuerpo: también le cortó la cara y la frente, al igual que la zona genital.
María Marta ya estaba muerta pero Amín siguió golpeando su cuerpo, lo sacó del cuarto y lo arrastró por la escalera desde el quinto piso, donde se encontraban alojados, hasta el primero. Un empleado del hotel lo descubrió cuando todavía estaba pateando a su mujer. “No se preocupen, estoy en estado de emoción violenta”, le habría dicho poco después a la policía.
Quedó detenido en el momento y tras un breve paso por un neuropsiquiátrico, el caso fue a juicio en 2009 y “El Loco” fue condenado a prisión perpetua, por homicidio agravado. En sus últimas palabras ante el tribunal, confesó: “La asfixié hasta no dar más. La solté y ella no se movía. El cuerpo quedó inmóvil y se me vino una nebulosa, como la que sentí en el auto. Escuché la voz de una señora vestida de blanco que me dijo que estaba muerta. No recuerdo nada más”.