Los 7 micromachismos que se cometen a diario en Tarija
La alarmante violencia contra la mujer, los sueldos desiguales, los adjetivos calificativos que denigran a ambos sexos por “incumplir los roles” de género, las actividades y profesiones que separan a los hombres de las mujeres, los chistes misógenos, la propaganda de detergentes dirigida...
La alarmante violencia contra la mujer, los sueldos desiguales, los adjetivos calificativos que denigran a ambos sexos por “incumplir los roles” de género, las actividades y profesiones que separan a los hombres de las mujeres, los chistes misógenos, la propaganda de detergentes dirigida únicamente a mujeres, la aprobación del comportamiento sexocompulsivo de los hombres y el rechazo a la sexualidad de la mujer son algunos ejemplos que arman el fino entretejido de un sistema patriarcal, machista y capitalista.
El término micromachismo lo acuñó el psicoterapeuta español Luis Bonino Méndez en 1991 para dar nombre a prácticas que otros especialistas llaman “pequeñas tiranías”, “terrorismo íntimo” o “violencia blanda”. Se caracteriza por estar legitimado socialmente. Son comportamientos aceptados e incluso se critica si se cuestionan.
Se designa así también a las sutiles estrategias de ejercicio del poder de dominio masculino en lo cotidiano, que atentan en diversos grados contra la autonomía femenina. Son trucos o manipulaciones que utilizan los varones- y tristemente también muchas mujeres- para imponer a las mismas mujeres sus propias razones, deseos e intereses en la vida cotidiana.
Si un hombre prefiere ver una película romántica o cocinar es tildado de maricón y para la sociedad un maricón es un hombre con muchas actitudes femeninas, por lo que ser una mujer resulta un insulto.
Por otro lado, los conceptos antiguos sobre qué es lo que debe saber una mujer como por ejemplo planchar, cocinar, limpiar la casa, atender a los hijos -como una tarea exclusiva de ellas- han cambiado en los últimos años, pero hay personas o grupos que se rehúsan a pensar de manera equitativa sobre todo en Tarija.
¿Quién es el jefe del hogar? ¿Quién debe cocinar todos los días? ¿Tus hijas o tus hijos son los que llegan más tarde cuando salen?, ¿Quién te ayuda a poner la mesa en el almuerzo?
El termino micromachismo fue cuestionado. Cuando hablamos de violencia blanda no significa que un ser humano debe tener la capacidad de aguantar mas atropellos contra su dignidad. Según expertos, es evidente que la violencia física y sexual tiene un componente de mayor alcance visible y puede causar la muerte, pero la violencia psicológica, económica y otros tipos de maltrato son nocivos y afectan el comportamiento de las personas por el resto de sus vidas.
A continuación, les presentaremos lo que consideramos una lista de micromachismos que se han convertido en imperceptibles en Tarija.
1. Los pañales son cosas de mujeres
¿Cuántos papás cambian el pañal a sus hijos o hijas? ¿Les cuesta más hacer esta tarea? ¿Quiénes consideran que esta tarea es natural para las mujeres? En la actualidad, los hombres han optado por ser parte fundamental de la crianza de sus hijos y aunque en muchos casos el estereotipo se ha roto, en el área rural, en los pueblos indígenas y en algunos matrimonios aún existe la preferencia de que sea la mujer la que se dedique a realizar estas actividades.
2. Mujeres entran gratis
Ya llegaron las fiestas de fin de año y pronto será Carnaval. Las propagandas festivas tomaron el lugar de los memes políticos en las redes sociales. La gente está lista para bailar. Y por tal razón este letrero será muy normal en los boliches: “Mujeres entran gratis”. Éste también es considerado un micromachismo, debido a que se ve a la mujer como una especie de carnada para atraer al público masculino.
3. Pareces una mujer, pareces un hombre
Si una mujer opta por no depilarse, jugar futbol, no maquillarse y no tener una actitud que simule ser una princesa infantilizada es acusada de masculina. Si un hombre es sensible, se preocupa por su aspecto físico y su personalidad es pasiva es tildado de femenino. En Tarija comúnmente el decir “pareces un hombre” o al revés, se emplea como un insulto y este comentario los escuchamos a diario. ¿Cómo se pretende entonces que hombres y mujeres se respeten si ser como el otro es ofensivo?
4. Cocinas y muñecas para ellas, armas y camiones para ellos
Con la Navidad en todas las calles los vendedores ambulantes y las tiendas ofrecen una variedad de juguetes. Entre la diversidad aún predominan las muñecas bebés para las “futuras mamás” y los coches y armamentos para los “futuros soldados”. Tarija nunca tuvo mayor acceso a nuevas ideas originales que fomentan el desarrollo creativo de los más pequeños, el cambio estará en las opciones que escojan los adultos.
5. Los hombres no lloran
Esta afirmación, que normalmente la repiten los papás y mamás, solo ayuda a someter a los hombres a mantener reprimidos sus sentimientos de tristeza, frustración y enojo. Decir que los hombres no lloran significa separarlos de las características de un ser humano. El docente de Masculinidades de la Fundación para el Periodismo, Jimmy Tellería, explicó que uno de las causas para que los hombres sufran de mayor índice en consumo de alcohol es la necesidad de comunicar sus sentimientos sin sentirse avergonzados. Más aún esta frase se escucha a diario en Tarija.
6. La ascendieron porque tiene algo con el jefe
En nuestro medio es más cuestionado el ascenso laboral de una mujer que el de un hombre. En repetidas ocasiones dice que las mujeres suben a puestos de jerarquía o manejo de recursos económicos dentro de una empresa porque tiene un vínculo que traspasa las relaciones de trabajo con un superior.
7. Vamos a “palear” o “carretillear” comadres
Ésta es otra de las frases más perturbadoras y comunes en Tarija. El día de comadres en Carnaval es “natural” escuchar que los compadres tienen listas las carretillas. Esto implica que las mujeres estarán inconscientes por haber consumido alcohol y, aun así, ellos las recogerán. Normalmente esta frase tiene una índole sexual. ¿Cuán normal es en nuestro medio que un hombre embriague a una mujer para tener relaciones sexuales con ella?
¿Cuántas veces has caÍdo en esto? descúbrelo
1. He creído necesario explicar algo a una mujer, sin que ella me lo pidiese, por el hecho de ser mujer.
2. He comentado a un amigo que se quedaba al cuidado de sus hijos: “Hoy te han dejado de niñera”.
3. Le he preguntado a una mujer si “está con la regla” cuando me ha respondido con desgana o desaire.
4. En la cama antepongo mi placer sexual al de mi compañera y no suelo preguntar por sus preferencias y necesidades.
5. He dicho que yo “ayudo” en las tareas del hogar, asumiendo que el trabajo es de una mujer y yo estoy ayudando, no participando en igualdad.
6. No he peinado nunca a mi hija.
7. En mi trabajo o entre mis amistades, solo propongo jugar al fútbol a los varones, dando por sentado que ellas no quieren jugar.
8. Cuando el niño va al médico o de compras, lo acompaña su madre. Cuando el niño va al fútbol, lo acompaño yo.
9. He preguntado a alguna mujer que para cuándo los hijos cuando nunca se lo he preguntado a un hombre.
10. He descrito a una mujer como “poco femenina”.
11. He usado la palabra “provocador” para describir el atuendo de una mujer.
12. He comentado que esas no son formas de hablar “para una señorita”.
13. He hecho el comentario “Sara es una mujer fuerte” dando por hecho que considero que ser fuerte es un rasgo más masculino.
14. Dejo a mi hijo adolescente salir hasta las 3 de la madrugada, pero a mi hija le obligo a venir antes de medianoche.
15. He presentado a una mujer por el cargo o la posición de su marido: “esta es la mujer de...”, en vez de por su nombre y profesión.
16. He juzgado a una mujer por su forma de educar a sus hijos cuando no lo hago con un hombre.
17. He preguntado a una mujer cómo conjuga su vida profesional y su vida familiar, algo que jamás he preguntado a un hombre.
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El término micromachismo lo acuñó el psicoterapeuta español Luis Bonino Méndez en 1991 para dar nombre a prácticas que otros especialistas llaman “pequeñas tiranías”, “terrorismo íntimo” o “violencia blanda”. Se caracteriza por estar legitimado socialmente. Son comportamientos aceptados e incluso se critica si se cuestionan.
Se designa así también a las sutiles estrategias de ejercicio del poder de dominio masculino en lo cotidiano, que atentan en diversos grados contra la autonomía femenina. Son trucos o manipulaciones que utilizan los varones- y tristemente también muchas mujeres- para imponer a las mismas mujeres sus propias razones, deseos e intereses en la vida cotidiana.
Si un hombre prefiere ver una película romántica o cocinar es tildado de maricón y para la sociedad un maricón es un hombre con muchas actitudes femeninas, por lo que ser una mujer resulta un insulto.
Por otro lado, los conceptos antiguos sobre qué es lo que debe saber una mujer como por ejemplo planchar, cocinar, limpiar la casa, atender a los hijos -como una tarea exclusiva de ellas- han cambiado en los últimos años, pero hay personas o grupos que se rehúsan a pensar de manera equitativa sobre todo en Tarija.
¿Quién es el jefe del hogar? ¿Quién debe cocinar todos los días? ¿Tus hijas o tus hijos son los que llegan más tarde cuando salen?, ¿Quién te ayuda a poner la mesa en el almuerzo?
El termino micromachismo fue cuestionado. Cuando hablamos de violencia blanda no significa que un ser humano debe tener la capacidad de aguantar mas atropellos contra su dignidad. Según expertos, es evidente que la violencia física y sexual tiene un componente de mayor alcance visible y puede causar la muerte, pero la violencia psicológica, económica y otros tipos de maltrato son nocivos y afectan el comportamiento de las personas por el resto de sus vidas.
A continuación, les presentaremos lo que consideramos una lista de micromachismos que se han convertido en imperceptibles en Tarija.
1. Los pañales son cosas de mujeres
¿Cuántos papás cambian el pañal a sus hijos o hijas? ¿Les cuesta más hacer esta tarea? ¿Quiénes consideran que esta tarea es natural para las mujeres? En la actualidad, los hombres han optado por ser parte fundamental de la crianza de sus hijos y aunque en muchos casos el estereotipo se ha roto, en el área rural, en los pueblos indígenas y en algunos matrimonios aún existe la preferencia de que sea la mujer la que se dedique a realizar estas actividades.
2. Mujeres entran gratis
Ya llegaron las fiestas de fin de año y pronto será Carnaval. Las propagandas festivas tomaron el lugar de los memes políticos en las redes sociales. La gente está lista para bailar. Y por tal razón este letrero será muy normal en los boliches: “Mujeres entran gratis”. Éste también es considerado un micromachismo, debido a que se ve a la mujer como una especie de carnada para atraer al público masculino.
3. Pareces una mujer, pareces un hombre
Si una mujer opta por no depilarse, jugar futbol, no maquillarse y no tener una actitud que simule ser una princesa infantilizada es acusada de masculina. Si un hombre es sensible, se preocupa por su aspecto físico y su personalidad es pasiva es tildado de femenino. En Tarija comúnmente el decir “pareces un hombre” o al revés, se emplea como un insulto y este comentario los escuchamos a diario. ¿Cómo se pretende entonces que hombres y mujeres se respeten si ser como el otro es ofensivo?
4. Cocinas y muñecas para ellas, armas y camiones para ellos
Con la Navidad en todas las calles los vendedores ambulantes y las tiendas ofrecen una variedad de juguetes. Entre la diversidad aún predominan las muñecas bebés para las “futuras mamás” y los coches y armamentos para los “futuros soldados”. Tarija nunca tuvo mayor acceso a nuevas ideas originales que fomentan el desarrollo creativo de los más pequeños, el cambio estará en las opciones que escojan los adultos.
5. Los hombres no lloran
Esta afirmación, que normalmente la repiten los papás y mamás, solo ayuda a someter a los hombres a mantener reprimidos sus sentimientos de tristeza, frustración y enojo. Decir que los hombres no lloran significa separarlos de las características de un ser humano. El docente de Masculinidades de la Fundación para el Periodismo, Jimmy Tellería, explicó que uno de las causas para que los hombres sufran de mayor índice en consumo de alcohol es la necesidad de comunicar sus sentimientos sin sentirse avergonzados. Más aún esta frase se escucha a diario en Tarija.
6. La ascendieron porque tiene algo con el jefe
En nuestro medio es más cuestionado el ascenso laboral de una mujer que el de un hombre. En repetidas ocasiones dice que las mujeres suben a puestos de jerarquía o manejo de recursos económicos dentro de una empresa porque tiene un vínculo que traspasa las relaciones de trabajo con un superior.
7. Vamos a “palear” o “carretillear” comadres
Ésta es otra de las frases más perturbadoras y comunes en Tarija. El día de comadres en Carnaval es “natural” escuchar que los compadres tienen listas las carretillas. Esto implica que las mujeres estarán inconscientes por haber consumido alcohol y, aun así, ellos las recogerán. Normalmente esta frase tiene una índole sexual. ¿Cuán normal es en nuestro medio que un hombre embriague a una mujer para tener relaciones sexuales con ella?
¿Cuántas veces has caÍdo en esto? descúbrelo
1. He creído necesario explicar algo a una mujer, sin que ella me lo pidiese, por el hecho de ser mujer.
2. He comentado a un amigo que se quedaba al cuidado de sus hijos: “Hoy te han dejado de niñera”.
3. Le he preguntado a una mujer si “está con la regla” cuando me ha respondido con desgana o desaire.
4. En la cama antepongo mi placer sexual al de mi compañera y no suelo preguntar por sus preferencias y necesidades.
5. He dicho que yo “ayudo” en las tareas del hogar, asumiendo que el trabajo es de una mujer y yo estoy ayudando, no participando en igualdad.
6. No he peinado nunca a mi hija.
7. En mi trabajo o entre mis amistades, solo propongo jugar al fútbol a los varones, dando por sentado que ellas no quieren jugar.
8. Cuando el niño va al médico o de compras, lo acompaña su madre. Cuando el niño va al fútbol, lo acompaño yo.
9. He preguntado a alguna mujer que para cuándo los hijos cuando nunca se lo he preguntado a un hombre.
10. He descrito a una mujer como “poco femenina”.
11. He usado la palabra “provocador” para describir el atuendo de una mujer.
12. He comentado que esas no son formas de hablar “para una señorita”.
13. He hecho el comentario “Sara es una mujer fuerte” dando por hecho que considero que ser fuerte es un rasgo más masculino.
14. Dejo a mi hijo adolescente salir hasta las 3 de la madrugada, pero a mi hija le obligo a venir antes de medianoche.
15. He presentado a una mujer por el cargo o la posición de su marido: “esta es la mujer de...”, en vez de por su nombre y profesión.
16. He juzgado a una mujer por su forma de educar a sus hijos cuando no lo hago con un hombre.
17. He preguntado a una mujer cómo conjuga su vida profesional y su vida familiar, algo que jamás he preguntado a un hombre.
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