La tragedia de quedarse varado en la cuarentena
El 21 de marzo, tras una reunión del Gabinete Ministerial debido al Covid-19, la presidenta de Bolivia Jeanine Áñez decretó la cuarentena total desde el domingo 22 para todo el país. Aunque muchos lo presentían, la medida encontró a otro tanto “en curva”. Desde ese entonces, muchos...
El 21 de marzo, tras una reunión del Gabinete Ministerial debido al Covid-19, la presidenta de Bolivia Jeanine Áñez decretó la cuarentena total desde el domingo 22 para todo el país. Aunque muchos lo presentían, la medida encontró a otro tanto “en curva”. Desde ese entonces, muchos vivieron tormentosos días, por más de un mes, para encontrar la forma de retornar a sus casas.
Uno de estos casos es el de Valeria O., una periodista que tuvo que viajar a la ciudad de La Paz, antes de la cuarentena, para hacer atender a su hijo de 9 años por problemas de su vista. Antes de ir, ella no había ni siquiera imaginado que pasaría allá casi dos meses en un cuarto prestado.
“Mi hijito tiene problemas de la vista y me he tenido que salir del canal para poder irme allá y hacerlo ver. Tenían que hacerle exámenes de córnea y todo eso toma tiempo, a veces en el trabajo no esperan”, comenzó.
Cuenta, aún sorprendida, que ese 21 por la tarde ya tenía todo listo para retornar a Tarija en un vuelo del 22. Pero el anuncio de la cuarentena total y la suspensión de viajes truncó todos sus planes y la prioridad era buscar dónde alojarse. Hasta ese día estaban en un hotel, pero necesitaban ahorrar lo más posible, así que eso ya no era una opción.
“No teníamos qué hacer, ese ratito hemos tratado de buscar donde quedarnos, más bien hemos encontrado un conocido que nos ha prestado un cuarto, un colchoncito y una cocinita eléctrica para podernos cocinar, porque en el hotel ya no íbamos a poder estar, teníamos que pagar Bs. 60 por día lo mínimo. Pero imagínate, más la comida y sin estar trabajando, se nos iba a hacer un montón”, relata.
Cuando ella recuerda lo que pasó allá, dice que lo que más lamentaba era ver a su hijo sufrir, porque además le pedían tareas de la escuela, algo que ella no tenía previsto, “Del colegio le pedían tareas y tenía que mandar por Whats App, él no tenía ni libros, ni cuadernos. Hemos comprado un cuadernito y colores, con eso ha tenido que hacer lo que podía”, relata.
Por lo demás, ella dice que se las ingeniaba para salir el día que le tocaba, en base a su cédula para comprar comida. Mientras tanto se formó una cadena de tarijeños varados en diferentes partes, que crearon grupos de Whats App y comenzaron a gestionar su retorno al pago.
“Todos tenían contactos con ministros, con el Comité Cívico, con la Gobernación, con el alcalde y hablaban a todos. Todos decían que iban a ayudar, pero nada”.
Aún ella recuerda con cierto enojo el hecho de que las autoridades no hayan actuado antes, pues entre los varados, muchos habían salido de Tarija por temas de salud, algunos con cáncer, otros con leucemia y otras enfermedades. Dice que se sentía la desesperación, sobre todo por la falta de recursos para subsistir.
Entre una de las acciones que hizo ella, recuerda que llamó al ministro Víctor Hugo Zamora, quien se había comprometido en ver la forma de ayudarlos, pero finalmente no le respondió nada. Incluso, recuerda que el diputado Norman Lazarte le dijo que los iba a ayudar también, habiéndole pedido una lista de los tarijeños afectados, situación que lo hicieron, pero éste no les respondió más.
Así pasaban los días, entre cocinar, ayudar en las tareas de su hijito y buscar la forma de volver. Pero llegó la ampliación de la cuarentena y eso afectó mucho a su pequeño hijo, quien “lloraba porque quería ir a la casa, ya estaba mal”. Pero cuando todo se veía mal, finalmente habilitaron el viaje de los varados.
El retorno
“No ha sido fácil porque no podía sacar a mi hijito, pero él igual tenía que recibir su control. Hemos tenido que caminar harto para llegar hasta el punto donde estábamos, nos tomaban registro de un lado a otro”.
A pesar de tener ya los controles, todavía las autoridades no sabían ni siquiera en qué viajarían las personas. A Valeria la llamaron una tarde a las 15:00 diciendo que si quería viajar tenía que estar a las 16:00 en la Terminal.
“He agarrado a mi chiqui y me he ido volando. Allá no había organización, ni del Ministerio de Salud fueron a tomarnos la temperatura. El bus estaba lleno y seguía cargando gente, creo que hemos tardado más de veinte horas”, dice con un aire de sorpresa.
A pesar de haber pasado por todas estas situaciones, ella agradece el hecho de que ya se encuentra en su casa y haber podido llegar entre el primer grupo de personas que logró volver a la ciudad.
Los viajes
El Decreto Supremo 4229 fue promulgado con la intención de garantizar el traslado, de manera segura y organizada, de personas que se quedaron varadas.
La normativa establece que el gobierno municipal donde esté la persona, debe coordinar con la alcaldía del destino y con el Ministerio de Gobierno, para la elaboración de listas, control de requisitos y organización del viaje.
“Hemos registrado hasta la fecha la llegada de 61 vehículos y 533 personas. Por otra parte, Tarija ha registrado la salida de 78 vehículos con 1.631 personas”, informó el director de la Patrulla Caminera, mayor Julio Castillo.
La autoridad refirió que la mayoría de los que llegaron, lo hicieron desde La Paz y Pisiga. Al mismo tiempo se logró la repatriación de ciudadanos argentinos, colombianos y de otros países. También han llegado de Argentina buses, la gente ya ha sido enviada a sus ciudades de destino, Sucre, Potosí y otro a Tarija
Para la llegada de personas ya se estableció un protocolo de seguridad que consiste en revisar que todos los pasajeros cuenten con su certificado médico, el personal de salud revisa a cada uno de ellos, mientras que los oficiales de la Policía deben revisar que presenten sus documentos de identidad, que el chofer y el vehículo estén autorizados.