La molestia del INE y la señora Morales de la UIF

La dirigencia de los empresarios privados de Bolivia puso en seria duda los cálculos que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publicó respecto del comportamiento de Producto Interno Bruto (PIB) en el primer trimestre de este año. De acuerdo al INE, en el tercer trimestre 2017 el...

OPINIÓN
OPINIÓN
La dirigencia de los empresarios privados de Bolivia puso en seria duda los cálculos que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publicó respecto del comportamiento de Producto Interno Bruto (PIB) en el primer trimestre de este año.

De acuerdo al INE, en el tercer trimestre 2017 el crecimiento fue de 4,3%, el cuarto trimestre llegó al 5,2%, mientras que el primer trimestre de 2018 fue de 4,4%, con lo cual el ministro de Economía, Mario Guillén, estimó que con 4,2% el segundo trimestre se llegaría al 4,5% anual.

La crítica empresarial a estos datos fue implacable: todos los cuartos trimestres reportaron desaceleración, llegando a un límite de 3,6% en 2016, pero en 2017 esa cifra subió “curiosamente” a 5,32%, como cuando sucedía cuando los precios internacionales eran más elevados que los actuales, según una agencia noticiosa nacional.

Un segundo dato que no convence al sector privado, según Erbol, es el crecimiento del primer trimestre de 2018. Según detallan, en los primeros trimestres de los últimos años se evidencia que hubo desaceleración hasta un piso de 3.34% que se dio en 2017, pero este año la cifra subió a 4,44%. “Todo parece indicar que las cifras se mueven en sintonía con una decisión política acordada entre la COB y el gobierno”, sospechan los empresarios.

Poco después el INE expresó su malestar ante la crítica: es “irresponsable” que critiquen, según expresiones de sus directivos. En respuesta también dijo que “el sector agrícola tuvo el impulso de productos no industriales con 8.98% seguido de productos pecuarios en 6.78% mientras que los productos agrícolas industriales crecieron 3.4%. Respecto a otras industrias, el Instituto señaló que el crecimiento se debe a que la mayor producción de gas favoreció la obtención de líquidos para su refinación que creció en 11.7%. El subsector de productos químicos también alcanzó una tasa de crecimiento de 11.7% y los productos de minerales no metálicos llegaron al 1.6% (Erbol).

Así, la lluvia de porcentajes y elucubraciones no convence, por mucho que lo diga el INE o, tal vez, porque precisamente lo dice el INE. Esas tasas de crecimiento no se ven en las calles ni en la economía real. Los empresarios prefieren una auditoría internacional a esos cálculos.
Menos si las principales inversiones están transnacionalizadas precisamente en los sectores mencionados: el gas y petróleo en manos extranjeras; la minería funcional a las transnacionales sigue siendo extractiva; el agro en el oriente está íntimamente vinculado al capital extranjero; la construcción de infraestructura está mayoritariamente en manos extranjeras. Pero el mercado inmobiliario está virtualmente en retroceso en materia de precios y debiera reflejarse en el cálculo del PIB.

Pero el PIB mismo, como dijimos en varias oportunidades, no refleja necesariamente crecimiento y, según las características de la actividad económica (extractiva y primario exportadora como la boliviana), puede reflejar sólo la velocidad del vaciamiento de las riquezas no renovables, o sea, la velocidad a la que nos dirigimos al despeñadero.
Y si, además, usamos el comportamiento del PIB para decidir si se paga o no un regalo generalizado a los asalariados con bolsillo ya vacío de los micro, pequeños o medianos empresarios bolivianos, generador de entre el 80 y 90% del empleo, dinero que se usa para comprar bienes y servicios extranjeros en un 90% (fuga de divisas), sólo servirá para contribuir a llegar más pronto a la crisis generalizada.

¿Y qué tiene que ver todo esto con la actual jefa de la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF), señora Teresa Morales Olivera, quien fungió como ministra de Desarrollo Productivo y Economía Plural entre 2011 y 2015? Pues que le costó a esa entidad nueve años publicar los saldos y movimientos bancarios del presidente y vicepresidente, pero se equivocó. Ella misma no tuvo el cuidado de verificar la información que se publicaría oficialmente. Es decir, la autoridad es falible, y a veces con mucho, aunque luego procese penalmente al subalterno.
¿El INE es infalible tanto en el cálculo como en el tipo de indicador que calcula y su uso conceptual? ¿No nos dirán en unos meses que los subalternos calcularon mal o recomendaron usar ese indicador incurriendo en error de fondo y no sólo de cálculo, llevando a todo el país a una crisis por causa del derroche con fines políticos?
¿Servirá de algo a este generoso país y su pueblo que, frente a semejantes desatinos, procesen penalmente al portero del INE en unos meses?

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