Huacareta, Margarita y el eterno retorno al pasado

El lunes se inició la perforación exploratoria en al área de Huacareta, en San Diego, al oeste de Entre Ríos, en un pozo que se ha venido a denominar Jaguar X6, que es el primero que se va a perforar en el área, pero el sexto que Shell Bolivia había pintado en su mapa de la zona. El área...

EDITORIAL
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El lunes se inició la perforación exploratoria en al área de Huacareta, en San Diego, al oeste de Entre Ríos, en un pozo que se ha venido a denominar Jaguar X6, que es el primero que se va a perforar en el área, pero el sexto que Shell Bolivia había pintado en su mapa de la zona. El área de Huacareta, en zona tradicional, es una de las que genera mayores expectativas y no solo en el Ministerio de Hidrocarburos, tradicionalmente optimista. Shell Bolivia habla de hasta 13 trillones de pies cúbicos en reservas en el área paralela al bloque de Margarita. De momento se prevé poner en operación unos dos pero el bloque se va a ir extendiendo, según información oficial, hacia el norte, es decir, hacia Chuquisaca.

Ese mismo lunes en Chuquisaca se empezó a hablar con fuerza de la redistribución de regalías de Margarita – Huacaya y de su intención de pedir una nueva evaluación del factor de distribución. Obviamente tiene mucho que ver con la resaca de la batalla, esta vez perdida, por el pozo Incahuasi. La justicia y el Gobierno han resuelto el conflicto a favor de Santa Cruz y claro, todos los derrotados han buscado consuelo en los anhelos de las viejas victorias.

El episodio de la batalla Tarija – Chuquisaca a cuenta de las regalías de Margarita, allá por 2012, dejó a este lado una gran cantidad de heridas internas, un puñado de dirigentes políticos marcados a fuego por su papel nefasto en la aciaga noche de la negociación frente al entonces aún no tan poderoso Ministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana; una falacia, el estudio propio e independiente que nunca se hizo y una mentira clamorosa: el factor de distribución nunca se aplicó.

Al otro lado, en Chuquisaca, queda el recuerdo de una gran victoria en forma y fondo. Un departamento con aparato productivo en estado catatónico recibió una fenomenal inyección de recursos justo en el momento en el que las regalías se multiplicaban exponencialmente. Tanto crecieron que pasó totalmente desapercibido la flagrante violación del acuerdo del factor de distribución.

Y es que el estudio de la Gaffney hablaba de tres formaciones de las que solo una era compartida en un porcentaje 55/45, pero en el conjunto con los otros dos daba algo así como 75/25. A YPFB le vino bien el porcentaje para relajar el asunto en las filas tarijeñas que observaban la ligereza con la que se determinó la conexión entre Margarita y Huacaya. Lo cierto es que, como los pozos pinchaban en la formación compartida, el factor que se aplica es el primero.

Que se hayan pinchado nuevos pozos en el bloque de Huacaya no debería alterar en nada el cálculo de reservorio que en su momento se hizo, por lo que la observación y determinación debería estar fuera de discusión, aunque evidentemente no va a haber Ministro que lo refrende siguiendo su tónica habitual. Chuquisaca exige una compensación y no debería realizarse a costa de los intereses de Tarija, que dicho sea de paso, está siendo vulnerada tanto en lo que respecta a la protección de su medio ambiente con Tariquía, como en lo que respecta a los planes de industrialización, con el atraso sine die (aproximadamente 2023) de la planta petroquímica.

Los temas son muchos en el departamento, pero no conviene dispersarse ni dormirse. El factor de distribución que más preocupa ahora es el de Huacareta y convendría que las autoridades tomen nota de lo que pasó en Margarita y lo que ha pasado con Incahuasi para no sorprenderse en el corto plazo. Todo esto, obviamente, sin descuidar Margarita.
Es necesario que esta vez no lleguemos tarde y tengamos claro

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