El vino en la salud
Elías Vidaurre Médico Cada vez se habla más de los efectos positivos que puede tener el vino sobre la salud y, más en concreto, sobre las enfermedades cardiovasculares. En efecto, el vino posee unos compuestos antioxidantes que ejercen una acción favorable sobre el sistema...
Elías Vidaurre Médico
Cada vez se habla más de los efectos positivos que puede tener el vino sobre la salud y, más en concreto, sobre las enfermedades cardiovasculares. En efecto, el vino posee unos compuestos antioxidantes que ejercen una acción favorable sobre el sistema cardiovascular. Por esto, actualmente se recomienda tomar entre uno y dos vasos de vino al día. El vino también favorece las secreciones gástricas y es perfectamente digestible. En la dieta mediterránea es la bebida más tradicional para acompañar la comida.
A tomar en cuenta
Sin embargo, el vino también tiene aspectos negativos como bebida alcohólica que es. Su contenido en alcohol lo hace una bebida que debe consumirse con moderación. Desde siempre se sabe de los perjudiciales efectos del alcohol sobre las personas que lo consumen en exceso. En los alcohólicos se produce un efecto de dependencia del alcohol que va deteriorando su vida familiar y social y su salud.
Los órganos más afectados por el alcohol son el cerebro y el hígado, donde llega a producir lesiones irreversibles que pueden incluso llevar a la muerte. Así pues, para aprovechar sus aspectos positivos y librarnos de los negativos lo más inteligente es tomarlo en su justa medida: 1 ó 2 copitas al día. Y no más.
Diversos estudios pusieron de manifiesto la llamada “paradoja francesa”, donde se apreciaba la menor mortalidad por enfermedad cardiovascular entre la población francesa que tomaba habitualmente vino en cantidades moderadas aunque fueran consumidores de gran cantidad de grasas saturadas perjudiciales para la salud cardiovascular.
Los expertos aconsejan el consumo de vino tinto de buena calidad y pero en dosis moderadas. Para una persona sana, no sometida a ningún tipo de medicación, recomiendan unos una o dos copitas de vino diarios (10-30 g de alcohol/día) ingeridos durante la comida y siempre eligiendo vinos con denominación de origen que ofrezcan calidad. Efectivamente, el vino puede resultar beneficioso para nuestro organismo siempre y cuando se tome en cantidades moderadas. Resulta paradójico que sus efectos sean completamente diferentes si se consume en elevadas cantidades.
El consumo moderado de vino disminuye el riesgo de mortalidad por cardiopatías
Mejora el flujo sanguíneo y la vasodilatación impidiendo la oxidación del colesterol “malo”
A dosis moderadas estimula el apetito y aumenta la secreción gástrica
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Cada vez se habla más de los efectos positivos que puede tener el vino sobre la salud y, más en concreto, sobre las enfermedades cardiovasculares. En efecto, el vino posee unos compuestos antioxidantes que ejercen una acción favorable sobre el sistema cardiovascular. Por esto, actualmente se recomienda tomar entre uno y dos vasos de vino al día. El vino también favorece las secreciones gástricas y es perfectamente digestible. En la dieta mediterránea es la bebida más tradicional para acompañar la comida.
A tomar en cuenta
Sin embargo, el vino también tiene aspectos negativos como bebida alcohólica que es. Su contenido en alcohol lo hace una bebida que debe consumirse con moderación. Desde siempre se sabe de los perjudiciales efectos del alcohol sobre las personas que lo consumen en exceso. En los alcohólicos se produce un efecto de dependencia del alcohol que va deteriorando su vida familiar y social y su salud.
Los órganos más afectados por el alcohol son el cerebro y el hígado, donde llega a producir lesiones irreversibles que pueden incluso llevar a la muerte. Así pues, para aprovechar sus aspectos positivos y librarnos de los negativos lo más inteligente es tomarlo en su justa medida: 1 ó 2 copitas al día. Y no más.
Diversos estudios pusieron de manifiesto la llamada “paradoja francesa”, donde se apreciaba la menor mortalidad por enfermedad cardiovascular entre la población francesa que tomaba habitualmente vino en cantidades moderadas aunque fueran consumidores de gran cantidad de grasas saturadas perjudiciales para la salud cardiovascular.
Los expertos aconsejan el consumo de vino tinto de buena calidad y pero en dosis moderadas. Para una persona sana, no sometida a ningún tipo de medicación, recomiendan unos una o dos copitas de vino diarios (10-30 g de alcohol/día) ingeridos durante la comida y siempre eligiendo vinos con denominación de origen que ofrezcan calidad. Efectivamente, el vino puede resultar beneficioso para nuestro organismo siempre y cuando se tome en cantidades moderadas. Resulta paradójico que sus efectos sean completamente diferentes si se consume en elevadas cantidades.
El consumo moderado de vino disminuye el riesgo de mortalidad por cardiopatías
Mejora el flujo sanguíneo y la vasodilatación impidiendo la oxidación del colesterol “malo”
A dosis moderadas estimula el apetito y aumenta la secreción gástrica
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