Controla el hambre emocional
Camilo Andrade Nutricionista El primer paso para combatir esto es identificar, en el momento en el que nos da hambre, qué tipo es. Si es física, sin problema podemos racionalizar y elegir lo que mejor nos pueda nutrir y satisfacer. En cambio, si es emocional, sería importante que...
Camilo Andrade Nutricionista
El primer paso para combatir esto es identificar, en el momento en el que nos da hambre, qué tipo es. Si es física, sin problema podemos racionalizar y elegir lo que mejor nos pueda nutrir y satisfacer. En cambio, si es emocional, sería importante que detectemos qué sentimientos o emociones la han detonado y controlar nuestros impulsos para no comer chatarra o cosas con una gran cantidad de azúcar. En este caso, tratar de estabilizar nuestra necesidad por comer y optar por ingerir alguna fruta, verdura o tan solo un vaso de agua.
Conociendo más
Una estrategia para controlar el hambre emocional es aprender a controlar tus emociones, no seguirles el paso al momento que aparecen, puesto que nos llevarán a tomar la decisión menos favorable para sentirnos satisfechos. Salir a caminar, tomar aire fresco, meditar, llamar a un amigo cercano o a un familiar, escuchar música o cualquier actividad que sea relajante para nosotros es útil para tranquilizarnos y hacer que el hambre se vaya poco a poco sin tener que recurrir a un atracón.
Otra opción un poco más práctica es hacer un menú para la semana. No tiene por qué ser dieta, sólo que sirva como guía y tratar de apegarse lo más que se pueda a él, sin atracones. Es importante que se haga la planificación de comidas en un momento de estabilidad emocional, para seleccionar los alimentos racionalmente y no emocionalmente. Al momento de sentir “hambre” y no saber de cuál es, es bueno preguntarse si en ese momento te comerías una manzana, pepino, atún, si la respuesta es no y en vez de eso, se te antoja algo con mucha azúcar, probablemente lo que estés experimentando el hambre emocional.
Concluyendo
Todos en algún momento hemos comido sin tener hambre realmente
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El primer paso para combatir esto es identificar, en el momento en el que nos da hambre, qué tipo es. Si es física, sin problema podemos racionalizar y elegir lo que mejor nos pueda nutrir y satisfacer. En cambio, si es emocional, sería importante que detectemos qué sentimientos o emociones la han detonado y controlar nuestros impulsos para no comer chatarra o cosas con una gran cantidad de azúcar. En este caso, tratar de estabilizar nuestra necesidad por comer y optar por ingerir alguna fruta, verdura o tan solo un vaso de agua.
Conociendo más
Una estrategia para controlar el hambre emocional es aprender a controlar tus emociones, no seguirles el paso al momento que aparecen, puesto que nos llevarán a tomar la decisión menos favorable para sentirnos satisfechos. Salir a caminar, tomar aire fresco, meditar, llamar a un amigo cercano o a un familiar, escuchar música o cualquier actividad que sea relajante para nosotros es útil para tranquilizarnos y hacer que el hambre se vaya poco a poco sin tener que recurrir a un atracón.
Otra opción un poco más práctica es hacer un menú para la semana. No tiene por qué ser dieta, sólo que sirva como guía y tratar de apegarse lo más que se pueda a él, sin atracones. Es importante que se haga la planificación de comidas en un momento de estabilidad emocional, para seleccionar los alimentos racionalmente y no emocionalmente. Al momento de sentir “hambre” y no saber de cuál es, es bueno preguntarse si en ese momento te comerías una manzana, pepino, atún, si la respuesta es no y en vez de eso, se te antoja algo con mucha azúcar, probablemente lo que estés experimentando el hambre emocional.
Concluyendo
Todos en algún momento hemos comido sin tener hambre realmente
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