Cambios continuos de peso
Elías Vidaurre Médico Nuestro organismo tiende a agradecer la estabilidad y encajar mal las fluctuaciones. Una excesiva variabilidad de la tensión arterial, la glucosa en sangre, los lípidos o el ritmo cardiaco pueden tener un impacto cardiovascular negativo. Del mismo modo, los cambios...
Elías Vidaurre Médico
Nuestro organismo tiende a agradecer la estabilidad y encajar mal las fluctuaciones. Una excesiva variabilidad de la tensión arterial, la glucosa en sangre, los lípidos o el ritmo cardiaco pueden tener un impacto cardiovascular negativo. Del mismo modo, los cambios continuos de peso son perjudiciales para la salud. Adelgazar no sirve de nada si no da tiempo a que se consoliden los efectos positivos de ese descenso de peso.
A tomar en cuenta
Cuando no somos capaces de mantener una estabilidad en nuestro peso y las fluctuaciones son bruscas y repetidas en lapsos de tiempo relativamente cortos, puede significar un riesgo para nuestra salud. Esta condición puede afectar a cualquier persona que se someta a periodos de dieta muy restrictivos y, una vez finalizados, vuelva adquirir malos hábitos de alimentación.
Las famosas dietas milagro favorecen la continua variación de peso. Se caracterizan por una ingesta de muy pocas calorías durante un determinado periodo de tiempo, que puede oscilar entre dos o tres días, una semana o, incluso, un mes, lo que provoca una pérdida de peso muy brusca. Una vez finaliza el periodo del régimen, no se aprende cómo comer correctamente, por lo que es posible que se recupere el peso perdido, contribuyendo a desencadenar una fluctuación más brusca.
Se produce el denominado efecto rebote o yo-yo, que dificulta futuras pérdidas de peso. Esto debido a que cuando bajamos de peso y nuestras reservas de grasa disminuyen, el cuerpo se acostumbra a esa proporción de reservas corporales y a un determinado nivel de suministros.
Diversos estudios científicos han corroborado la relación entre fluctuación de peso y riesgo cardiovascular. Algunos de ellos muestran el vínculo en personas sanas, mientras que otros lo confirman en pacientes que ya han tenido una angina de pecho o un infarto de miocardio. “En quienes varían más de peso aumentan más los infartos y los fallecimientos prematuros”, asevera Valle.
Es más frecuente en individuos con sobrepeso y obesidad entre 30 y 60 años
Estar seis meses gordo y otros seis delgado produce sobrecarga al corazón
Las dietas muy restrictivas resultan “emocionalmente frustrantes”
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Nuestro organismo tiende a agradecer la estabilidad y encajar mal las fluctuaciones. Una excesiva variabilidad de la tensión arterial, la glucosa en sangre, los lípidos o el ritmo cardiaco pueden tener un impacto cardiovascular negativo. Del mismo modo, los cambios continuos de peso son perjudiciales para la salud. Adelgazar no sirve de nada si no da tiempo a que se consoliden los efectos positivos de ese descenso de peso.
A tomar en cuenta
Cuando no somos capaces de mantener una estabilidad en nuestro peso y las fluctuaciones son bruscas y repetidas en lapsos de tiempo relativamente cortos, puede significar un riesgo para nuestra salud. Esta condición puede afectar a cualquier persona que se someta a periodos de dieta muy restrictivos y, una vez finalizados, vuelva adquirir malos hábitos de alimentación.
Las famosas dietas milagro favorecen la continua variación de peso. Se caracterizan por una ingesta de muy pocas calorías durante un determinado periodo de tiempo, que puede oscilar entre dos o tres días, una semana o, incluso, un mes, lo que provoca una pérdida de peso muy brusca. Una vez finaliza el periodo del régimen, no se aprende cómo comer correctamente, por lo que es posible que se recupere el peso perdido, contribuyendo a desencadenar una fluctuación más brusca.
Se produce el denominado efecto rebote o yo-yo, que dificulta futuras pérdidas de peso. Esto debido a que cuando bajamos de peso y nuestras reservas de grasa disminuyen, el cuerpo se acostumbra a esa proporción de reservas corporales y a un determinado nivel de suministros.
Diversos estudios científicos han corroborado la relación entre fluctuación de peso y riesgo cardiovascular. Algunos de ellos muestran el vínculo en personas sanas, mientras que otros lo confirman en pacientes que ya han tenido una angina de pecho o un infarto de miocardio. “En quienes varían más de peso aumentan más los infartos y los fallecimientos prematuros”, asevera Valle.
Es más frecuente en individuos con sobrepeso y obesidad entre 30 y 60 años
Estar seis meses gordo y otros seis delgado produce sobrecarga al corazón
Las dietas muy restrictivas resultan “emocionalmente frustrantes”
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