Análisis: Zamora gana el pulso (negado) con YPFB
Herland Soliz tuvo la oportunidad de renunciar. El martes incluso circuló su carta firmada dirigida a la Presidenta Jeanine Áñez alegando motivos personales para abandonar el cargo, pero a última hora decidió permanecer en el cargo, desatando así las últimas tempestades. El ministro de...
Herland Soliz tuvo la oportunidad de renunciar. El martes incluso circuló su carta firmada dirigida a la Presidenta Jeanine Áñez alegando motivos personales para abandonar el cargo, pero a última hora decidió permanecer en el cargo, desatando así las últimas tempestades.
El ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, salió a las dos horas de esa decisión a dar una conferencia de prensa en la que se negó a sí mismo, no solo como Ministro, sino también como Presidente del Directorio de YPFB, cargo que ocupa gracias a una Ley aprobada a la medida de su antecesor, Luis Alberto Sánchez, y que básicamente le da la última palabra en materia de contratos.
Zamora negó el martes tener nada que ver en la renuncia ni la posesión del Presidente de YPFB; hoy tomó juramento a Richard Botello
Zamora dijo en aquella conferencia, además de detallar tres procesos de auditoría e investigación en los que claramente señalaba a Soliz como responsable, que no era responsabilidad suya ni la renuncia ni la posesión de un Presidente en Yacimientos. “La Presidenta con sus asesores verá”. Hoy al mediodía, Zamora posesionaba a Richard Botello al frente de la Estatal petrolera. En esa misma conferencia, Víctor Hugo Zamora negaba ningún pulso con YPFB y atribuía esos rumores a quién sabe que opacos intereses.
Ayer fue Óscar Ortiz, el senador, ex candidato, y enlace oficial entre la Gobernación de Santa Cruz (de donde salió Soliz) y el Gobierno de Jeanine Áñez, quien farfullaba sobre el escaso crédito que le quedaba vigente a Soliz. Ortiz ha sido desde siempre el hombre de las petroleras en la Asamblea Plurinacional.
Herland Soliz venía del conglomerado Kaiser, manejado por el hombre fuerte de las transnacionales en los 90, Carlos Delius, que siguió vinculado a los “servicios petroleros” desde entonces. El actual presidente, Richard Botello, lleva 21 años trabajando como gerente de Schlumberger, una multinacional que se dedica básicamente a lo mismo: vender servicios al Estado, y que ha hecho muy buenos negocios con el Movimiento Al Socialismo.
Botello es el tercer presidente de YPFB en seis meses de Gobierno de Jeanine Áñez. Zamora los ha sobrevivido a todos. Soliz cae por una serie de negocios turbios como el de la provisión de diésel, la contratación de seguros y de servicios de alimentación que el propio Víctor Hugo Zamora calificó como pequeños respecto al volumen de cifras e incluso atribuyó a algunos sectores sindicalizados dentro de la estatal.
Soliz firma el anexo al contrato de exportación de gas a Brasil, pero la negociación estuvo en manos de Zamora y el gabinete de Jeanine Áñez
La firma de Soliz, sin embargo, aparece en la firma de contratos tan voluminosos como el anexo firmado con Brasil para la terminación del contrato de exportación y cuyas negociaciones se sostuvieron desde el gabinete de Áñez y que Zamora cifró en unos insólitos 6.000 millones de dólares. También en los contratos interrumpibles aceptados en medio de la pandemia para tapar el incumplimiento de ese mismo anexo. Queda de nuevo la duda: ¿Cómo personajes fugaces pueden negociar y firmar sin mayor supervisión contratos de la importancia estratégica de los mencionados?
Ni Soliz, ni Zamora, ni Ortiz y veremos si Botello, han aprovechado su cargo efímero para aplicar políticas de transparencia en el siempre cuestionado sector de hidrocarburos, el que administra más millones y más poder. Los costos recuperables, los contratos petroleros e innumerables programas y procesos de adquisición se mantienen en silencio, pues no han hecho ninguna transición hacia la transparencia. Los que se fueron no podían haber imaginado mejor relevo.
Las también: Zamora niega el pulso con YPFB, Soliz retira renuncia en el último minuto
El ministro de Hidrocarburos, Víctor Hugo Zamora, salió a las dos horas de esa decisión a dar una conferencia de prensa en la que se negó a sí mismo, no solo como Ministro, sino también como Presidente del Directorio de YPFB, cargo que ocupa gracias a una Ley aprobada a la medida de su antecesor, Luis Alberto Sánchez, y que básicamente le da la última palabra en materia de contratos.
Zamora negó el martes tener nada que ver en la renuncia ni la posesión del Presidente de YPFB; hoy tomó juramento a Richard Botello
Zamora dijo en aquella conferencia, además de detallar tres procesos de auditoría e investigación en los que claramente señalaba a Soliz como responsable, que no era responsabilidad suya ni la renuncia ni la posesión de un Presidente en Yacimientos. “La Presidenta con sus asesores verá”. Hoy al mediodía, Zamora posesionaba a Richard Botello al frente de la Estatal petrolera. En esa misma conferencia, Víctor Hugo Zamora negaba ningún pulso con YPFB y atribuía esos rumores a quién sabe que opacos intereses.
Ayer fue Óscar Ortiz, el senador, ex candidato, y enlace oficial entre la Gobernación de Santa Cruz (de donde salió Soliz) y el Gobierno de Jeanine Áñez, quien farfullaba sobre el escaso crédito que le quedaba vigente a Soliz. Ortiz ha sido desde siempre el hombre de las petroleras en la Asamblea Plurinacional.
Herland Soliz venía del conglomerado Kaiser, manejado por el hombre fuerte de las transnacionales en los 90, Carlos Delius, que siguió vinculado a los “servicios petroleros” desde entonces. El actual presidente, Richard Botello, lleva 21 años trabajando como gerente de Schlumberger, una multinacional que se dedica básicamente a lo mismo: vender servicios al Estado, y que ha hecho muy buenos negocios con el Movimiento Al Socialismo.
Botello es el tercer presidente de YPFB en seis meses de Gobierno de Jeanine Áñez. Zamora los ha sobrevivido a todos. Soliz cae por una serie de negocios turbios como el de la provisión de diésel, la contratación de seguros y de servicios de alimentación que el propio Víctor Hugo Zamora calificó como pequeños respecto al volumen de cifras e incluso atribuyó a algunos sectores sindicalizados dentro de la estatal.
Soliz firma el anexo al contrato de exportación de gas a Brasil, pero la negociación estuvo en manos de Zamora y el gabinete de Jeanine Áñez
La firma de Soliz, sin embargo, aparece en la firma de contratos tan voluminosos como el anexo firmado con Brasil para la terminación del contrato de exportación y cuyas negociaciones se sostuvieron desde el gabinete de Áñez y que Zamora cifró en unos insólitos 6.000 millones de dólares. También en los contratos interrumpibles aceptados en medio de la pandemia para tapar el incumplimiento de ese mismo anexo. Queda de nuevo la duda: ¿Cómo personajes fugaces pueden negociar y firmar sin mayor supervisión contratos de la importancia estratégica de los mencionados?
Ni Soliz, ni Zamora, ni Ortiz y veremos si Botello, han aprovechado su cargo efímero para aplicar políticas de transparencia en el siempre cuestionado sector de hidrocarburos, el que administra más millones y más poder. Los costos recuperables, los contratos petroleros e innumerables programas y procesos de adquisición se mantienen en silencio, pues no han hecho ninguna transición hacia la transparencia. Los que se fueron no podían haber imaginado mejor relevo.
Las también: Zamora niega el pulso con YPFB, Soliz retira renuncia en el último minuto