Alucinógenos y salud mental
Elías Vidaurre Médico Los alucinógenos son un grupo de sustancias psicoactivas de muy baja toxicidad, carentes de potencial adictivo, que han sido utilizadas tradicionalmente en rituales religiosos y en prácticas espirituales y de sanación. Tales drogas, que ocurren en abundancia en...
Elías Vidaurre Médico
Los alucinógenos son un grupo de sustancias psicoactivas de muy baja toxicidad, carentes de potencial adictivo, que han sido utilizadas tradicionalmente en rituales religiosos y en prácticas espirituales y de sanación. Tales drogas, que ocurren en abundancia en muchas plantas y hongos y también pueden ser sintetizadas artificialmente, incluyen a la dietilamida del ácido lisérgico (LSD), la mescalina, la dimetiltriptamina (DMT) y la psilocibina.
Conociendo más
Los alucinógenos o psicodélicos siempre han sido altamente estimados por la humanidad, debido a su capacidad de producir un estado modificado de la conciencia, caracterizado por cambios en la percepción, alucinaciones o visiones, éxtasis, disolución de los límites de sí mismo y la experiencia de unión con el mundo.
Notablemente, el consumo ritualizado de alucinógenos ha sido parte y contexto de las religiones chamanísticas, las cuales nos acompañan desde el Neolítico y el Paleolítico. Es destacable asimismo que aún hoy en día, en diversas locaciones del globo, pueblos aborígenes y varias religiones contemporáneas establecidas, continúan adscribiendo gran importancia a comulgar con estos sacramentos botánicos, en el seno de prácticas espirituales de una profunda naturaleza transformativa, extática y visionaria.
Recientemente, un artículo de Franz Vollenweider y Michael Kometer, ambos de la unidad de investigación en Neuropsicofarmacología y Neuroimagen de la Universidad de Zúrich, en Suiza, ha confirmado lo que los chamanes alrededor del mundo han sabido desde hace mucho tiempo: las plantas y los hongos alucinatorios, en efecto, poseen un potencial clínico incomparable en el tratamiento de algunos desórdenes psiquiátricos.
Esta investigación presenta evidencias que indican que los psicodélicos modulan los circuitos neurales que han sido implicados en trastornos afectivos y del humor, y que pueden reducir los síntomas clínicos de estos desórdenes. Lo anterior, debido principalmente a que los alucinógenos, mediante un incremento robusto en la actividad glutamatérgica del cerebro, aumentan la neuroplasticidad.
Pese a sus potenciales propiedades, los alucinógenos son causantes de muchas muertes al año
Podrían ser particularmente eficientes clínicamente en el tratamiento de la depresión grave
Las investigaciones sobre los efectos están ayudándonos a comprender el cerebro
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Los alucinógenos son un grupo de sustancias psicoactivas de muy baja toxicidad, carentes de potencial adictivo, que han sido utilizadas tradicionalmente en rituales religiosos y en prácticas espirituales y de sanación. Tales drogas, que ocurren en abundancia en muchas plantas y hongos y también pueden ser sintetizadas artificialmente, incluyen a la dietilamida del ácido lisérgico (LSD), la mescalina, la dimetiltriptamina (DMT) y la psilocibina.
Conociendo más
Los alucinógenos o psicodélicos siempre han sido altamente estimados por la humanidad, debido a su capacidad de producir un estado modificado de la conciencia, caracterizado por cambios en la percepción, alucinaciones o visiones, éxtasis, disolución de los límites de sí mismo y la experiencia de unión con el mundo.
Notablemente, el consumo ritualizado de alucinógenos ha sido parte y contexto de las religiones chamanísticas, las cuales nos acompañan desde el Neolítico y el Paleolítico. Es destacable asimismo que aún hoy en día, en diversas locaciones del globo, pueblos aborígenes y varias religiones contemporáneas establecidas, continúan adscribiendo gran importancia a comulgar con estos sacramentos botánicos, en el seno de prácticas espirituales de una profunda naturaleza transformativa, extática y visionaria.
Recientemente, un artículo de Franz Vollenweider y Michael Kometer, ambos de la unidad de investigación en Neuropsicofarmacología y Neuroimagen de la Universidad de Zúrich, en Suiza, ha confirmado lo que los chamanes alrededor del mundo han sabido desde hace mucho tiempo: las plantas y los hongos alucinatorios, en efecto, poseen un potencial clínico incomparable en el tratamiento de algunos desórdenes psiquiátricos.
Esta investigación presenta evidencias que indican que los psicodélicos modulan los circuitos neurales que han sido implicados en trastornos afectivos y del humor, y que pueden reducir los síntomas clínicos de estos desórdenes. Lo anterior, debido principalmente a que los alucinógenos, mediante un incremento robusto en la actividad glutamatérgica del cerebro, aumentan la neuroplasticidad.
Pese a sus potenciales propiedades, los alucinógenos son causantes de muchas muertes al año
Podrían ser particularmente eficientes clínicamente en el tratamiento de la depresión grave
Las investigaciones sobre los efectos están ayudándonos a comprender el cerebro
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