Razones para seguir creyendo en el odioso fútbol moderno
La primera jornada de esta Mundial de Rusia 2018, una vez iniciados los ocho grupos, está resultando especialmente atractiva para el aficionado al juego y no tanto para los amantes del merchandaising ni para aquellos que habían creído que el deporte era una cuestión de millones. Desde el...
La primera jornada de esta Mundial de Rusia 2018, una vez iniciados los ocho grupos, está resultando especialmente atractiva para el aficionado al juego y no tanto para los amantes del merchandaising ni para aquellos que habían creído que el deporte era una cuestión de millones.
Desde el primer minuto, con una inauguración más que discreta, el protagonista ha sido el fútbol, ese deporte más allá del deporte que ha logrado convertirse en hegemónico y que mueve miles de millones de dólares precisamente porque cualquiera podía identificarse con sus jugadores. No hacía falta ser extremadamente alto, ni ancho, ni guapo. Solo esforzarte lo suficiente.
Que Australia se las haga pasar canutas a Francia, que Alemania caiga contra México, que Japón le gane a Colombia, que Islandia empate con Argentina o que Brasil no le pueda ganar a Suiza son muy buenas noticias para el fútbol y para los entrenadores. También para nuestras wawas que pierden la ilusión por el juego al minuto que se dan cuenta que no podrán correr tan rápido como Ronaldo o driblar tan deprisa como Messi.
El fútbol era un deporte de 11 contra 11, no esa absurda competición de Messi contra Ronaldo, de Neymar contra Griezmann, por quien mete más goles en un partido, en una Liga, en un Mundial. El fútbol es un deporte de equipo, no de cortes de pelo.
Es pronto para cantar victoria, pero en verdad se han visto equipos mucho más parejos, donde cualquiera le puede ganar a cualquiera si le pone más ilusión y más potencia. Falta mucho para que comprobemos el podio final, veremos si la tendencia se confirma.
#OdioelFútbolModerno
Desde el primer minuto, con una inauguración más que discreta, el protagonista ha sido el fútbol, ese deporte más allá del deporte que ha logrado convertirse en hegemónico y que mueve miles de millones de dólares precisamente porque cualquiera podía identificarse con sus jugadores. No hacía falta ser extremadamente alto, ni ancho, ni guapo. Solo esforzarte lo suficiente.
Que Australia se las haga pasar canutas a Francia, que Alemania caiga contra México, que Japón le gane a Colombia, que Islandia empate con Argentina o que Brasil no le pueda ganar a Suiza son muy buenas noticias para el fútbol y para los entrenadores. También para nuestras wawas que pierden la ilusión por el juego al minuto que se dan cuenta que no podrán correr tan rápido como Ronaldo o driblar tan deprisa como Messi.
El fútbol era un deporte de 11 contra 11, no esa absurda competición de Messi contra Ronaldo, de Neymar contra Griezmann, por quien mete más goles en un partido, en una Liga, en un Mundial. El fútbol es un deporte de equipo, no de cortes de pelo.
Es pronto para cantar victoria, pero en verdad se han visto equipos mucho más parejos, donde cualquiera le puede ganar a cualquiera si le pone más ilusión y más potencia. Falta mucho para que comprobemos el podio final, veremos si la tendencia se confirma.
#OdioelFútbolModerno