Movilidad económica lleva estancada medio siglo
La movilidad económica entre generaciones, también conocida como movilidad intergeneracional (MI), “es un elemento clave del progreso humano”, afirman los expertos Ambar Narayan y Roy Van der Weide, autores del reciente informe del Banco Mundial titulado “¿Progreso equitativo? Movilidad...
La movilidad económica entre generaciones, también conocida como movilidad intergeneracional (MI), “es un elemento clave del progreso humano”, afirman los expertos Ambar Narayan y Roy Van der Weide, autores del reciente informe del Banco Mundial titulado “¿Progreso equitativo? Movilidad económica entre generaciones en todo el mundo”.
Sin embargo, el miso informe advierte que la movilidad se estancó en los últimos años en muchas partes del mundo, y que “las perspectivas de numerosas personas en el planeta siguen aún muy vinculadas con la situación socioeconómica de sus padres más que con su propio potencial”.
Asimismo, la movilidad es mucho más baja, en promedio, en las economías en desarrollo en comparación con las economías de ingreso alto. De las 50 economías con las tasas más bajas de movilidad ascendente en la educación, 46 pertenecen al mundo en desarrollo.
Particularmente en África y Asia meridional, las regiones donde vive la mayoría de los pobres del mundo, se observa la movilidad promedio más baja. “En algunos países de ingreso bajo o frágiles de África, solo el 12% de los adultos nacidos en la década de 1980 ha recibido más educación que sus padres”.
En cambio, la movilidad promedio ha mejorado en Asia meridional, América Latina, y Oriente Medio y Norte de África. Y aunque esta tiende a mejorar a medida que las economías se vuelven más ricas, el informe indica que no hay nada seguro acerca de este proceso.
Para ello se requiere “mayores inversiones públicas y mejores políticas”, afirma el informe del Banco Mundial.
Movilidad absoluta y relativa
En el informe se evalúan dos aspectos de la movilidad económica: 1) La movilidad absoluta, que mide la proporción de personas que presentan niveles de educación y de calidad de vida más altos que sus padres, y 2) La movilidad relativa, que es la medida en que la posición en la escala económica de una persona es independiente de la posición de sus padres.
Según el estudio, una MI absoluta ascendente más alta “está íntimamente ligada con un crecimiento del ingreso y un aumento de la prosperidad compartida o un crecimiento del ingreso del 40 % más pobre, cuando estas mejoras se mantienen durante un período prolongado”.
Mientras tanto, una mayor movilidad relativa entre generaciones “se asocia con una menor desigualdad de oportunidades, que es la medida en que los logros en las vidas de las personas se ven afectados por las circunstancias que los rodean al nacer, como la educación y el ingreso de los padres, el grupo étnico, el género o el lugar de nacimiento”.
Los autores afirman que ambos tipos de movilidad “son importantes para el progreso económico y para sostener un contrato social que responda a las aspiraciones de la sociedad”. Y es que sin la movilidad absoluta, los niveles de vida no pueden mejorar y la cohesión social “pasa a estar en peligro”, ya que los distintos grupos de la sociedad compiten por partes de un todo económico que se mantiene fijo o se reduce.
A su vez, la falta de movilidad relativa “no solo es profundamente injusta y perpetúa la desigualdad a lo largo de las generaciones, sino que también es perjudicial para el crecimiento de las economías debido al potencial humano que se desaprovecha y a la asignación inadecuada de los recursos”.
Así, la falta de movilidad relativa a lo largo del tiempo puede obstaculizar la movilidad absoluta ascendente.
Estancamiento en el mundo en desarrollo
En el informe se observa que la MI absoluta y relativa en la educación es considerablemente más elevada, en promedio, en las economías de ingreso alto que en los países en desarrollo, particularmente en personas nacidas entre las décadas de 1940 y 1980.
“Si bien la MI absoluta se ha ido acercando entre los dos grupos de economías con el tiempo, el progreso en el mundo en desarrollo se fue estancando desde la década de 1960, con un grado de instrucción relativamente bajo en comparación con las economías de ingreso alto”, detalla.
En lo que respecta a la MI relativa, las economías de ingreso alto han mejorado más que las economías en desarrollo: hoy en día, las 15 economías del 10% más bajo por MI relativa son economías en desarrollo.
De esta manera, la probabilidad de ascender en la escala económica de las futuras generaciones de adultos es baja entre las familias pobres, sobre todo en los lugares más pobres del mundo.
Financiamiento y políticas
El informe concluye que una mayor movilidad se asocia con un gasto público más elevado. Pero no solo importa el monto del gasto, sino también la calidad del gasto: “por ejemplo si el gasto en educación más alto da lugar al mejoramiento del aprendizaje”.
Los expertos recomiendan facilitar el acceso al mercado de trabajo a las personas desfavorecidas y a los jóvenes, mejorar la competencia entre los empleadores y aumentar la protección de los trabajadores que sufren discriminación por motivos de raza y género. Esto puede contribuir a igualar las oportunidades en los mercados laborales.
Asimismo, se debe desarrollar en los países “un sistema de impuestos progresivos y justos”. Finalmente, el informe observa que las políticas a nivel local son importantes cuando se trata de igualar las oportunidades.
“El lugar donde una persona nace en un país es importante para la movilidad social y las oportunidades. Las políticas locales aplicadas al nivel de las comunidades y los vecindarios son cruciales para romper el ciclo de desigualdad”.
Sin embargo, el miso informe advierte que la movilidad se estancó en los últimos años en muchas partes del mundo, y que “las perspectivas de numerosas personas en el planeta siguen aún muy vinculadas con la situación socioeconómica de sus padres más que con su propio potencial”.
Asimismo, la movilidad es mucho más baja, en promedio, en las economías en desarrollo en comparación con las economías de ingreso alto. De las 50 economías con las tasas más bajas de movilidad ascendente en la educación, 46 pertenecen al mundo en desarrollo.
Particularmente en África y Asia meridional, las regiones donde vive la mayoría de los pobres del mundo, se observa la movilidad promedio más baja. “En algunos países de ingreso bajo o frágiles de África, solo el 12% de los adultos nacidos en la década de 1980 ha recibido más educación que sus padres”.
En cambio, la movilidad promedio ha mejorado en Asia meridional, América Latina, y Oriente Medio y Norte de África. Y aunque esta tiende a mejorar a medida que las economías se vuelven más ricas, el informe indica que no hay nada seguro acerca de este proceso.
Para ello se requiere “mayores inversiones públicas y mejores políticas”, afirma el informe del Banco Mundial.
Movilidad absoluta y relativa
En el informe se evalúan dos aspectos de la movilidad económica: 1) La movilidad absoluta, que mide la proporción de personas que presentan niveles de educación y de calidad de vida más altos que sus padres, y 2) La movilidad relativa, que es la medida en que la posición en la escala económica de una persona es independiente de la posición de sus padres.
Según el estudio, una MI absoluta ascendente más alta “está íntimamente ligada con un crecimiento del ingreso y un aumento de la prosperidad compartida o un crecimiento del ingreso del 40 % más pobre, cuando estas mejoras se mantienen durante un período prolongado”.
Mientras tanto, una mayor movilidad relativa entre generaciones “se asocia con una menor desigualdad de oportunidades, que es la medida en que los logros en las vidas de las personas se ven afectados por las circunstancias que los rodean al nacer, como la educación y el ingreso de los padres, el grupo étnico, el género o el lugar de nacimiento”.
Los autores afirman que ambos tipos de movilidad “son importantes para el progreso económico y para sostener un contrato social que responda a las aspiraciones de la sociedad”. Y es que sin la movilidad absoluta, los niveles de vida no pueden mejorar y la cohesión social “pasa a estar en peligro”, ya que los distintos grupos de la sociedad compiten por partes de un todo económico que se mantiene fijo o se reduce.
A su vez, la falta de movilidad relativa “no solo es profundamente injusta y perpetúa la desigualdad a lo largo de las generaciones, sino que también es perjudicial para el crecimiento de las economías debido al potencial humano que se desaprovecha y a la asignación inadecuada de los recursos”.
Así, la falta de movilidad relativa a lo largo del tiempo puede obstaculizar la movilidad absoluta ascendente.
Estancamiento en el mundo en desarrollo
En el informe se observa que la MI absoluta y relativa en la educación es considerablemente más elevada, en promedio, en las economías de ingreso alto que en los países en desarrollo, particularmente en personas nacidas entre las décadas de 1940 y 1980.
“Si bien la MI absoluta se ha ido acercando entre los dos grupos de economías con el tiempo, el progreso en el mundo en desarrollo se fue estancando desde la década de 1960, con un grado de instrucción relativamente bajo en comparación con las economías de ingreso alto”, detalla.
En lo que respecta a la MI relativa, las economías de ingreso alto han mejorado más que las economías en desarrollo: hoy en día, las 15 economías del 10% más bajo por MI relativa son economías en desarrollo.
De esta manera, la probabilidad de ascender en la escala económica de las futuras generaciones de adultos es baja entre las familias pobres, sobre todo en los lugares más pobres del mundo.
Financiamiento y políticas
El informe concluye que una mayor movilidad se asocia con un gasto público más elevado. Pero no solo importa el monto del gasto, sino también la calidad del gasto: “por ejemplo si el gasto en educación más alto da lugar al mejoramiento del aprendizaje”.
Los expertos recomiendan facilitar el acceso al mercado de trabajo a las personas desfavorecidas y a los jóvenes, mejorar la competencia entre los empleadores y aumentar la protección de los trabajadores que sufren discriminación por motivos de raza y género. Esto puede contribuir a igualar las oportunidades en los mercados laborales.
Asimismo, se debe desarrollar en los países “un sistema de impuestos progresivos y justos”. Finalmente, el informe observa que las políticas a nivel local son importantes cuando se trata de igualar las oportunidades.
“El lugar donde una persona nace en un país es importante para la movilidad social y las oportunidades. Las políticas locales aplicadas al nivel de las comunidades y los vecindarios son cruciales para romper el ciclo de desigualdad”.