MAS - Montes, una alianza de peso en el Concejo

Finalmente se cumplieron los pronósticos y en menos de media hora la Directiva del Concejo Municipal de Tarija pasó a manos de la alianza MAS – Montes, lo que en la práctica supone complicarle la gestión al alcalde Rodrigo Paz Pereira. La Ley contempla muchas más opciones para el Concejo...

EDITORIAL
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Finalmente se cumplieron los pronósticos y en menos de media hora la Directiva del Concejo Municipal de Tarija pasó a manos de la alianza MAS – Montes, lo que en la práctica supone complicarle la gestión al alcalde Rodrigo Paz Pereira. La Ley contempla muchas más opciones para el Concejo en relación al alcalde que de la Asamblea al Gobernador.

En ese sentido, no es descabellado dar por finalizada una legislatura corta en la que el alcalde ha tratado de sentar algunas bases de modernidad, seguramente no muy bien explicadas ni entendidas, y dar por inaugurada la precampaña electoral, para la que cada uno deberá utilizar los elementos de poder a su alcance.

El nuevo presidente es Francisco Rosas, que a lo largo de su dilatada carrera política no ha dado muestras de ser un testarudo aferrado a sus planteamientos dispuesto a hundirse con sus principios en el barco. Fue alcalde alterno de Óscar Montes durante años, sonó incluso de candidato para sucederlo, aunque finalmente apostó por Paz. Después se colocó en buenas lides con Rodrigo y llegó a pleitear el control del partido UNIR con Montes provocando todo tipo de enfrentamientos y cruces de palabras y, finalmente, parece haberse animado por volver a los brazos del ex alcalde, quien lo ha ungido presidente y pieza clave en su retorno a la primera línea.

El objetivo, dicen los nuevos aliados, es fiscalizar. Su estrategia pasa por presentar un acuerdo coyuntural con Francisco Rosas en la cabeza, que habría sido quien sumara los votos porque sí de Ruth Ponce y Alberto Valdez, los dos concejales que Montes reconoce como suyos, y los tres del MAS, que por otro lado son Sergio Gallardo, azote de Montes en su momento, Ana Sorich, quien ha trabajado innumerables veces con el ex alcalde y Raquel Ruíz, sustituta del fallecido Freddy Yucra, también ex colaborador de UNIR.

La gestión, por lo corta, no ha sido muy prolífica, así que culminada la fiscalización del famoso mástil, que estaba en el programa electoral, y del puente 4 de julio, que pasó por cierto siendo aprobado por el Concejo Municipal, algo más tendrá que hacer la nueva Directiva si no quiere convertirse en un simple elemento decorativo empeñado en el recelo preventivo.

El Concejo tiene asuntos pendientes que son relevantes para la ciudad. La Carta orgánica, por ejemplo, está por demás atrasada y no cuenta con el consenso suficiente que en estos momentos se podría alcanzar.

El Concejo también debe atender la solicitud de los campesinos, que debaten entre solicitar la constitución de un Municipio rural o el de solicitar la inclusión de hasta tres concejales electos de forma directa.

Quedan aspectos por tratar, el ordenamiento vial, la ordenación definitiva del Transporte en la ciudad, arreglar las demandas de comerciantes y vecinos, la gestión de ferias, resolver los problemas enquistados en la ciudad que pasan por hacer cumplir los planes reguladores. La mayoría de estos aspectos llevan vigentes desde el principio de siglo sin que nadie haya querido atenderlos.

Queda algo más de año y medio de gestión pura y dura y una ciudad como Tarija no puede darse el lujo de detenerse por las ambiciones políticas de unos cuantos. Es necesario en ese sentido encontrar caminos de diálogo para que la ciudad funcione. La alianza MAS – Montes, si quiere gobernar en el corto plazo, debe demostrar que puede ser garantía se acción y no solo de oposición.

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